Cada proyecto deja algo. Rodar esta película no iba a ser menos. Conocer, gracias a Judit, el pasado, el presente y el futuro del cribado neonatal en nuestro país, nos ha marcado profundamente a todo el equipo.

Para que una película sea posible, para que nazca, es esencial tomar muchas y acertadas decisiones. Pero quizá, una de las más vitales es rodarte del mejor equipo, del más idóneo posible para poder contar la historia que quieres contar. Y creo que eso sí que lo hicimos bien. Y que está, de alguna manera, visible en lo rodado.

Pero ¿Qué es lo que queda tras esta aventura?
Nos queda tanto que sería inabarcable para este espacio. Emociones, certezas, muchas preguntas. También la constatación del sufrimiento presente en el día a día de miles de familias afectadas por esta desigualdad injusta, y hasta la fecha crónica, presente en nuestro país. Que a día de hoy tu código postal de nacimiento siga siendo vital en el caso de nacer afectado/a con una enfermedad rara, es pura y trágica anacronía.
Hemos recorrido medio país. Hemos conocido a profesionales increibles que dedican su vida a prevenir y/o a mejorar todo lo posible la vida de las cerca de TRES MILLONES de personas que se estiman padecen una enfermedad rara en este país. Y hemos conocido a famiias increíbles, que cada día levantan y sostienen una realidad muy diferente a la de cualquiera de nosotros.
Gracias a todas ellas por abrirnos las puertas de su casa. Por compartirnos su mundo, sus miedos, sus exigencias. Por dejarnos ver y contar esta historia. Su fuerza, su vitalidad, su fragilidad, su dolor y su lucha ha dejado en nosotros una huella imborrable y una necesidad: La de que esta historia llegue muy lejos. Por ellos. Por Judit. Por todos.